martes, 15 de septiembre de 2009

LA FANTASÍA DE UN BUS POR LA MAÑANA

Todo bogotano que se respete tiene la loca fantasía de vivir en una ciudad con estrés, viven circundantes de las grandes historias cotidianas, viven de la televisión, viven de un gran hogar, viven de los problemas de los demás. Toda fantasía se puede describir desde lo colectivo hasta lo individual, inconscientemente crean un mundo donde ellos son los grandes protagonistas de la historia, convierte su espacio de trabajo como el escenario de grandes batallas; pueden haber grandes fantasías unas mas importantes que otras, en fin, las fantasías que nosotros fabricamos parten de esos hechos inconclusos de nuestra vida, de los sueños frustrados o propiamente de la intervención con los medios que nos rodea.

De los actos más insignificantes o de las actividades más simples se ve demostrada una fantasía. La gente o el mismo individuo no se dan cuenta de lo que hacen y sienten que su fantasía no es más que un incoherente sueño enfocado al placer espiritual.

Una de las fantasías que pueden verse cotidianamente es la relación de los conductores de bus y sus pasajeros, en los cuales recrean la historia con sucesos muy a la par del afán y del estrés de la mañana, transformándolo en una gran competencia de automóviles. A continuación sacada de una historia cotidiana, veremos LA FANTASÍA DE UN BUS POR LA MAÑANA.

El conductor de bus tiene la fantasía de ser un gran automovilista de la F1 como el gran ídolo criollo Juan Pablo Montoya, las similitudes entre los buses de transporte publico y los autos de carrera no es tan grande, poseen ciertas reglas, unas están sujetas a la protección del piloto otras determinan la autonomía busetera. Vemos también que poseen limites para decorar de publicidad e imágenes sus vistosos autos, por ejemplo para los autos de F1 los pilotos pueden llevar consigo las propagandas de las empresas proveedoras, mientras que los conductores de bus a parte de que su empresa los patrocina, los conductores tienen el derecho de decorar hasta en las llantas con los coloridos avisos de sus equipos favoritos, indicaciones de donde se debe bajar, donde esta el timbre, cuanto tiene que pagar y también las hermosas estampas de sus santos favoritos.

Al ver las diferencias limitadas de estos prototipos de carrera se da a lugar la fantasía de nuestro querido conductor, despierta su sueño de volar en las grandes carreteras, no tan grandes, digamos mejor: las estrechas y angostas zonas de traslado, proporciones dadas entre una buseta y un Renault4. La fantasía del conductor llega cuando este se sienta en su cabina y su copiloto o mejor conocido como “El compadre” limpia por dentro y por fuera este vehículo de exhibición, en un momento dado se enciende la maquina, el gran piloto ha girado poco a poco y con brutal fuerza el apretado encendedor, “el compadre” coloca la colorida tabla de ruta mientras el piloto se ajusta bien el cinturón, se abre la puerta de la entrada, el piloto revisa la registradora, mira su gran denominación de billetes de borracho y espera que le den la partida. Después de unos cuantos segundos parte con satisfacción y como comentarista se les relatará la loca fantasía de viajar en un bus.

El gran Floresmiro Neme piloto que le trabaja desde hace cinco años a la escudería “chichipata” de “COODILTRA” a iniciado la carrera, vemos con entusiasmo y con pereza de ser hoy Lunes la primera prueba para el conductor: por supuesto… la primera prueba que es recoger poco a poco, despacio y con tranquilidad a la gente con afán, hasta que se llene y no quepa mas.

-huy si… el chofer debería echar un segundo piso en este bus, mire a toda gente que esta colgada de la puerta trasera, de la rueda… huy y haber si le pone cuidado a los pelaos del colegio que en este momento van atrás en el tubo del exosto- palabras de la señora Carmenza González, una de nuestras comentaristas de carrera, que viaja desde hace un año en las intensas y alocadas carreras de buses.

Pero retornando a los participes de esta historia no podemos olvidar al niño Carlos Hurtado de tan solo 13 años que ha vivido junto a su madre doña Liliana Horjuela de las notables varadas y estrellones de bus, no será obstáculo para que este chico nos pueda narrar a bordo y por mas de una hora la carrera de todos los días… si, la carrera de llegar a su colegio a tiempo que se encuentra al otro lado de la ciudad. Démosle paso al niño para que nos narre entonces la carrera de hoy.

-hoy el piloto Floresmiro Neme parte rápido de la grilla de salida, el bus esta “totiado hasta las narices”, pero por fin va embalado como volador sin palo, supera la barrera de los diez minutos, mejor que los de ayer si no hubiera sido por el torpe que se varó en la mitad de la vía y formando tremendo trancón-

El niño en si esta muy feliz por que en el momento no le ha pasado nada al bus campeón, enseguida se acerca la segunda prueba, bien rigurosa para los amortiguadores del vehículo… hay que pasar por las grandes “chicanas” de la vía, en realidad son los grandes huecos hechos por los buses mismos. Nuestro narrador continúa en trasmisión a bordo de la interesante carrera.

-el piloto le ha llegado el turno de salir de las grandes chicanas y poder imponer un record de pista, son tres “chicanas”, esperaremos como le va a este zafado conductor-

Mientras tanto el conductor alistaba y ajustaba su barra de cambios, empezó a impulsarse por los huecos de casi veinte centímetros de profundidad; el primer hueco lo superó fácilmente, lo mismo ocurrió con el segundo hueco, hay que esperar el tercero que es el mas peligroso ya que ha roto mas suspensiones que todos los huecos sin alcantarilla de la ciudad.

El arriesgado conductor da acelerador para pasar por el peligroso abismo de 45 centímetros y lo logra. Pero después de un minuto de haber superado este gran cráter, se oye un horrible silbido en una de las llantas, ese silbido significó que el vehículo que iba rápido se tiene que estacionar en los “pist” que realmente es el borde de la calle por que se pinchó. La emocionada tribuna que venia a bordo aventaban “madrazos” para apoyar al conductor y a su copiloto, para que pudieran cambiar lo mas rápido la llanta.

La demora se hizo evidente en el bus, ya que el pobre copiloto le toco correr al montallantas mas cercano para que le arreglaran el neumático, el conductor mientras tanto le cuenta a la furibunda hinchada las viejas historias suyas con la consentida (seudónimo peculiar para este vehículo de grandes batallas) en las emocionantes carreras en la mítica Bogotá, pero bueno, después de quince minutos de ajustes en la rueda, el dúo dinámico abordan el bus, se arreglan bien el cinturón que han tenido por mas de cuarenta minutos de adorno para que el agente no les ponga “parte” y empiezan a descontar los minutos perdidos. Lamentablemente en sus espejos retrovisores se veía llegar a uno de sus contendores… era don José Tocaruncho de la empresa rival UCOTRANS que los pasaba con facilidad.

La gente dentro del bus emocionados veía pasar muy rápido a la competencia o sea al otro chofer. La tercera prueba da inicio, la guerra entre dos titanes, como sacado de película, se inicia “LA GUERRA DEL CENTAVO” ¡una película donde el protagonista es usted, donde hay acción, amor y humor! (no hablamos de humor hilarante sino del humor y olor a sudor de la gente que esta todavía estaba en el apretujado bus). Como mencionaba, esta disputa hacia quedar a “El Gladiador” y otras novelas Grecorromanas en pañales frente a la batalla que se avecinaba entre estos dos vehículos. Pero nuestro narrador nos quiere contar más detallado la competencia.

-Atención don Chepe a rebasado a Floresmiro, pero vemos en este momento que Floresmiro saca la pericia de su volante y la táctica de unos cuantos madrazos para cerrarlo… pero Chepe de nuevo lo pasa, sin embargo, se detiene por que hay un pasajero que se tiene que bajar, ¡como no!… es el viejo del costal que de milagro no se subió esta mañana en este bus, por que huele mal… ¡jum… me imagino a la gente que debió dejar intoxicada!…

Pero retornando a la carrera, Chepe en una demora de dos segundos toma impulso y arranca. Los dos pilotos van rápido rompen sus marcas personales y rompen hasta la bolsa donde iban los tamales de doña Hortensia que pretendía vender por los lados de Chapinero. La gente que viene a bordo está emocionada, por ello saltan, gritan y ¡lloran!… si lloran por que a alguien le pisaron un callo… y continua la batalla… pero vemos quedar a Chepe… ¡se quedo sin gasolina! Y Floresmiro como una forma de reconocimiento a su digno rival le hace una pistola y finalmente con su risa desmueletada levanta sus brazos –en sentido figurado o si no nos estrellamos…

Victorioso por el día de hoy, Floresmiro le rompió la racha ganadora a Chepe, le rompió incluso un espejo, la gente respira mas tranquila por que la velocidad disminuyo y por que “el comisario de pista” o mejor conocido como el agente de policía ha detenido el vehículo por este incidente…

Después de unos cuantos agarrones, multas y malas caras los dos vehículos arrancan de nuevo… ¡ya esta por terminar la carrera!… ¡terminara esta interesante carrera!- exclama el chico- tendré que despedirme de la transmisión… tengo que alistarme por que ya es hora de bajarme y es buena hora por que ¡volví a llegar temprano al colegio!-

Indudablemente el niño con su madre se alistan a bajar, mientras en la mente del gran Floresmiro, pasa el recuerdo que pudo vencer a su gran archirival, también le pasa por la cabeza la multa que le toca pagar, pero tampoco olvida de “la frijolada con maduro” que le espera en la terminal. Después de hora y media que duró el trayecto desde el suroriente hasta el noroccidente, Floresmiro llega al punto de destino untado de grasa y aceite, mientras su copiloto se encuentra fatigado, sus piernas no aguantan del dolor por “tremendo carrerazo” del montallantas hasta los “pist”. Pero nuestra narración de carrera debe ir directa al comentario a bordo del vehículo ganador.

-huy no mano… ese tipo voló, llegue hoy 15 minutos temprano al trabajo- ese era Miguel Rodríguez, el obrero de la constructora ubicada en la 39 con quinta.

-no ese tipo casi me lleva hasta donde su madre, este señor funciona a punta de madrazos- ella era Inés Nieto después de haberse bajado tres cuadras mas allá del paradero.

-Buenos días a los civiles, esto es una requisa- ese era el patrullero Rojas después de sospechar que podían haber malhechores en el bus.

-hay juemadre me robaron la billetera- ese era Pascual Gómez, un hombre que le ha tocado sacar mas de dos veces la cedula y la libreta militar.

-no puede ser, me toco “regatear” el bus de ida- ese era el despistado de Juan Castillo que se le olvido reclamar las “vueltas” de 10.000 pesos.

Unos alegres, otros tristes, unos serios y otros amargados, llegan de la misma manera a su destino, termina la fantasía de viajar en un gran auto de carrera o en un salitre mágico rodante.

Esta fantasía como muchas otras es el puro reflejo cotidiano que se comprende tanto en las actividades cotidianas como en el transporte publico en Bogotá, es el vivir diario de cada de unos de los individuos; estos son hechos ocurridos gracias a la imaginación y al estrés, que de alguna manera se someten a las fantasías, por ello la vida del individuo y de su entorno se convierten en utopías cotidianas donde cada uno son héroes de su espacio.